Cortinas
cerradas, noche adentro y afuera del micro. Se cuela un tufo molesto a tierra
seca. Densa y penetrante polvareda emana en espiral de la lámpara de Aladino.
Redondea volutas, desprende anillos, forma imágenes en el espacio. Voy tras
ellas.
Olfateo
el humo acre y tibio de las brasas donde asábamos batatas, el miasma rancio del
agua estancada en los charcos que cruzábamos en bicicleta, como
equilibristas. Vuelve el hedor áspero de
los bagres muertos en el río. Aspiro
hondo el bálsamo de hierbabuena en el monte de eucaliptus. Ventilo de par en
par colmados los pulmones, me trepo a los árboles. Huelo celeste y nubes.
Rebota
el puente bajo el micro y entramos al poblado. Corro descalza por el pasto
húmedo con el vaho fresco de la lluvia en la memoria.
ecunhi junio 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario