Retumba
el golpeteo desigual del bastón de mi abuelo por el pasillo, desde afuera me
llega su colonia para después de afeitarse. Saboreo el chocolate que me regala
todos los domingos y acaricio el relieve áspero de la tela de su saco. Abro los
ojos: la habitación vacía.
Ecunhi Julio 2013
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