domingo, 29 de julio de 2012

TELARAÑA

En el foso de orquesta la araña teje. La música la excita, desborda baba, se balancea, mide tiempo y pulso en el espacio. Brilla la tela en la penumbra. Se inquietan los músicos. El arpa intenta un paisaje sonoro. La araña anuda el hilo que por nada se rompe y sin embargo atrapa.  Las notas suenan dóciles, se arpegian sobre el calado del tejido, las provoca la hebra de una trenza de voz y de silencio.  Seductora, devana y entrelaza, sonríe la araña.
                                          Ecunhi julio 2012

viernes, 6 de julio de 2012

SONORIDADES

Golpetea tea tea tea el arroyo contra la orilla. Caen piedras, rash sha rash sha, alguien baja cabalgando al paso. ¡Ven te veo, ven que te veo, bien te veo! y la pajarería responde ¡Tuiii piuuu tuiii piuuuu ilú ilú ilú! Bebe el caballo, canturrea una zamba el jinete.
-“Yo sooolo canto a la tierra/ y al raaancho de mis amores/ alumbrado por esos soles/ los ojaaazos de mi negra.”
De golpe ¡Grrr, guau Grrr, guau Grrr! La jauría caza un animal que corría silencioso a esconderse en la cueva. Aturde la bocina de un auto ¡boing boing boing! rompe la paz del lugar. ¡Hiii hiii hiii! se encabrita el caballo. -¡La puta que te parió!- grita, envuelto en polvo, el jinete, al bólido que acelera por la ruta y llega a la ciudad. Un helicóptero sobrevuela una cancha, truena la hinchada, petardos, trenes, colectivos, rrumm rrumm rrumm, plaff, arranque y frenadas. Enciende al mango la radio del auto, “one two three knock out! one two three knock out!” Baila  sentado, canta y palmotea el volante sin disminuir la velocidad. Cruza un carrito cartonero. -¡Negros de mierda!- el freno le quema las ruedas.

                                             Ecunhi Mayo 2012

ENCONTRONAZO

  Mina tenía que ser y para colmo tachera. No ve que soy el 8-5 que dobla. ¡Justo en el diome se me metió.
Se paró. Los del taller me dijeron que lo habían arreglado .¡Manga de inútiles!
Aprendiste por correspondencia y el examen lo transaste con una cruzada de gambas. ¡Calláte Juan no te des manija!
La vieja se me baja. Tiene derecho pero yo me pierdo la ganancia. ¡Sonreíle Juana no sabes si te la volvés a encontrar!
Se te larga la pasajera ¿eh? pero te garpa igual ¿eh? A mi me hinchan las pelotas si tienen que tomar el de atrás.
Se me vino encima el pesado del ochenta y cinco. No fue capaz de frenar a tiempo. Seguro que la está gozando.
Ni a mirar por el espejo te enseñaron, lo usas solo para pintarrajearte la jeta. ¡Pará la mano, no te pasés de rosca Juan! Mejor apaguemo. Al chancho le canto que se me atravesó una tarada.
“Calma no lo apurés”, me decía Rulo. ¡Dale Rulo, desde dónde estés dame una mano!
Esta pirada le chamuya al volante. ¿Y a ésta la dejan suelta en la lleca? No te des cuerda Juan que se te sube la mostaza. ¿Comerme otro ronga por dársela a una hembra? ¡Ni loco! Yo, como un “señorito” me dijo el juez. Miro las ventanas de los deptos, las vidrieras, como me dijo la psicóloga.
Al orangután del bondi ni la hora. Se ve la mala honda. Se cree que se las sabe todas porque está ahí arriba. Vení a poner el culo acá y se te borra la sonrisa. Pero vení sin testículos. Quiero verte mascarita. Además ¿qué le puedo decir? “Señor, usted qué cree, ¿es el carburador o la batería?” O “Mirá hermano bancátelas hasta que se enfríe.” Después veo lo del remolque, me come el hígado el remolque. Pierdo el mes.
Hablan alto en el fondo, siempre empiezan por ahí. “Desenchufate y chau neura” me dijo el tordo. Se saben la justa para dejarme pedaleando, pero yo aquí volanteo en seco. ¿Me la encaro o no me la encaro? “Vea señora”, ¡ma que vea si la tenés rejunada! “Metiste la pata hermana”, capaz que el trato no le gusta y se acuerda de la mía.
Ponele que salga, abra el capot y mire alrededor. Ponele que se ría que me gaste y me mande a lavar los platos. ¡Le tiro una piedra, le rompo el parabrisas y me sacan la licencia!
¿Hacerme cargo de una loca? ¡Están mamados los del fondo! Dale pendejo, te abro la puerta, bajáte vos y decíselo. Ojo Juan que este la estrola y yo caigo pegado por lo incitar a la violencia. “¿Era suyo, de su coche, el fierro con el que el pasajero agredió a la demandante?” Se me representa patente, patente.
Mejor cuando se enfríe pruebo otra vez. Un pucho y después ventilo. ¿Esto o casarme? No fue malo con el Rulo pero tampoco como para repetir.
Mira p’acá, fuma, mejor me hago el sota. Que se crea que yo la paso bomba aunque el asiento transpira. ¿Será necesario que le sonría también para que no me suspendan en la empresa?
Mientras espero que se enfríe llamo a la escuela. No llego a la hora de la salida. Que los chicos me esperen adentro.
Morochita la tachera. Treinta y ahí. Habría que verla entera para saber si esta buena.
¿O la llamo a mamá para que vaya a buscarlos? Mucho lío para traerlos a la noche, yo tengo que seguir laburando sino pierdo el día. Mejor hablo a la escuela.
¡Y se pone a hablar por el celular! ¡La muy guacha! ¡Meta charla! Si es lo que yo digo, acá arriba tienen que estar el tordo, el juez y la psicóloga, ¡a ver si ellos se dejan joder!

                                                         Ecunhi. Septiembre 2009